Disfrutando de la noche (Bella Frayland)

Hacía varios días que estaba en Nueva york. No había vuelto a ver a Jace y tampoco había tenido oportunidad de conocer a los residentes del instituto. Decidí dir un paseo antes de caer en el aburrimiento.

Estaba dando una vuelta por la ciudad, me negaba a continuar encerrada en el instituto. Necesitaba accion con urgencia, no podia pasarme los dias en la penunbra de mi cuarto, me hacia recordar y no me gustaba, el pasado tenia que quedarse atras.
Vi a una joben en una calle estaba ella sola y me sonaba mucho su aspecto, asique me aproxime a ella, aparentemente normal. Pero en realidad estaba al tanto del mas minimo movimiento que significase alarma, para clavarla uno de mis cuchillos seraficos.

Escuché unos pasos acercase a mí. Me dí la vuelta y me encontré con una chica. Vi unas leves líneas blancas por su cuerpo. Una cazadora de sombras. Sonreí ante la idea de conocer a más como yo.
-Hola-la saludé acercandome con pasos cautos hacia ella, no quería pelera-Yo también soy nefilim-dije en un susurro. Le dije aquello ya que nunca lo averiguaría si intentaba buscar restos de marcas en mi cuerpo. Sólo me había aplicado una, y no se veía porque estaba bajo la ropa.

Sonrio a la chica, aunque la estaba estudiando claramente con la mirada.
- Hola - extendio su mano para presentarse - Soy Bella.

Sentí alivio al ver que aquella chica no buscaba ningún tipo de disputa, por ahora. No le di la mano, simplemente ignoré que me la había ofrecido.
-Encantada. ¿Eres de por aquí?

Sonrei con cierta frialdad al percatarme de su actuacion, y me cruce de brazos.
- En realidad no lo era ahora si -la miro fijamente - y me gustaria saber el nombre de quien me habla.

Sonreí con satisfacción-Vale-me limité a decir respecto a sus gustos. No me lo había preguntado, no le daría información sobre mí así porque sí. No la conocía.
-¿Te hospedas en el instituto?-utilizé un tono neutral.

La observo detenidamente.
- Respondere a tus preguntas cuando sepa tu respuesta, acerca de mi sugerencia sobre saber tu nombre.

Suspiré y fruncí el ceño... Tendría que ofrecer información-Cristina-le dije finalmente, aunque a regañadientes. Era una verdad creativa. Yo no me llamaba así, pero mi madre sí. No se enteraría, era una experta haciendo estas cosas.

No me fiaba de ella ni una micra. Habia sido muy sutil con su comportamiento, pero no toleraba que me mintieran y sabia que lo haria.
Situe mi mano sobre el cuchillo.
- Muy mal....no deberias jugar con fuego....no se miente a los que son de tu bando ¿sabes?

Vi cómo situó su mano sobre un cuchillo serafín. Sin mostrar ningún cambio en mi rostro o en mi postura me puse alerta, preparada para cualquier ataque. Era buena, muy buena. Una luchadora nata.
-No te he mentido-le atajé-¿Es que no me puedo llamar Cristina?